DESCRIBIENDO MI PAISAJE PERFECTO- LUCIANA FERRARI

Después de más de 50 días en cuarentena por la situación riesgosa del mundo, me veo obligada a aceptar el ambiente en el que debo pasar mis días encerrada.

 

Creo que no está tan mal, ya que puedo gozar de muchos recursos para distraerme aunque no sea lo mismo. Si me siento ahogada puedo salir al patio, con todos los diferentes verdes que pueden disfrutar mis ojos. Árboles largos y anchos que me cubren del sol, mis animales que me ayudan a entrar en contacto con la naturaleza, pequeños bancos para sentarse y disfrutar el paisaje acompañada de un buen mate o tal vez mientras veo cocinar a mi padre. Si me agarra un poco de frío y tristeza puedo entrar y encontrarme con la tecnología, para ponerme en contacto con la familia o con amigos.

 

Puedo ir a mi habitación a recostarme y descansar, o buscar alguna receta para ponerme a cocinar con mi familia, aprendiendo, divirtiéndonos de las cosas que nos pueden salir mal.

 

También puedo encontrarme con la tristeza algunos días, al extrañar ciertas cosas, al quedar mirándome en el espejo, o tal vez perdida en el celular, viendo aquellos recuerdos de las últimas veces que salí. Esas veces que disfrute, que viví libre en el afuera, con el viento, con el frío, con el calor, jugando con amigos, riendo, visitando familiares, quien sabe todas las cosas que hice y sin saberlo, no las disfrute del todo sin saber que eran las ultimas veces, para luego poder soportar esto.

 

Se pueden valorar muchas cosas estando en esta situación, momentos familiares que no se apreciaban y se pueden recuperar, objetos materiales que no se valoraban, hasta lo más mínimo, como poder sentarse y enfocarse en uno mismo, cuando tal vez se pensaba que no tenía tiempo. Sentarse a la madrugada con un café caliente a meditar sobre nuestras acciones.

Disfrutar el verde y la sensación de libertad que dan nuestros patios, poner los pies sobre el pasto, cocinar con la familia. Abrazos de oro que nos sacan un poquito de la tristeza. Charlas de madrugada que nos sanan un poquito. Se puede disfrutar lo bueno que nos trae esta situación. Es el aprendizaje, que puede dejarnos esto que atravesamos.

Luciana Ferrari, 6ª3ª